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Casa Huarte

La Casa Huarte está registrada por Docomomo Internacional como una de las cinco viviendas unifamiliares de mayor interés dentro del Movimiento Moderno que existen en España y Portugal. Tuvo enorme repercusión a finales de los años sesenta, tanto que las secciones del proyecto con sus secuencias de cubiertas oblicuas entrecruzadas aparecían recurrentemente en muchos de los proyectos de los estudiantes de las Escuelas de Arquitectura en España. Fue publicada en las revistas de arquitectura internacionales más prestigiosas, como Baumister y L´Architecture d´Aujourd´hui. En España la revista Nueva Forma le dedicó un número monográfico.

En la Casa Huarte, Corrales y Molezún resolvieron un proyecto extenso en una parcela no muy amplia con una idea elemental: abrir la casa a mediodía y cerrarla a norte para aprovechar el soleamiento en los meses fríos. Para ello se elevó el terreno en todo el lindero sur. Este jardín levantado es la cubierta del pabellón de servicio, que queda oculto. A su vez se generaba un muro que aislaba la vivienda de una calle ruidosa y de mucho tráfico.
El muro sur de separación de la calle daba la vuelta en el lindero este de manera que la vivienda se desentendía completamente de la calle dejando un acceso discreto para vehículos y peatones en la esquina noreste por la calle Turégano. Para no parecer hostil y minimizar su impacto visual hacia la calle, el muro perimetral se escalonaba hacia el exterior dando lugar a unas jardineras que, plantadas adecuadamente, camuflarían con el tiempo la casa. Hacia el interior estos muros que delimitan la parcela se aterrazaban de manera muy tendida, disimulando el aparente hundimiento del jardín. Se continuaba así el juego de jardineras que permitía a la vegetación hacer de filtro visual y acústico entre la casa y la calle.
Acompaña a esta ingeniosa sección una planta extendida que coloniza el solar y que dibuja cinco patios, dos exteriores de acceso y tres interiores que definen los gradientes de privacidad de la vivienda: de relación, privado e íntimo. A los dos primeros volcaban respectivamente los salones de relación social e interfamiliar y el comedor. Al patio íntimo abrían los dormitorios de padres e hijos.
La masa construida se compone de cuatro cuerpos alargados que se entrecruzan ortogonalmente conformando los cinco patios ya mencionados. La casa se corona con dos cuerpos, uno más discreto encima de la zona de dormitorios. El otro encima del comedor y de la entrada donde se sitúa el gran espacio de la biblioteca que prolonga la cubierta inclinada hacia el norte, rematada frontalmente por un gran ventanal y lateralmente por la característica chimenea.


Esta casa extendida se corona con dos cuerpos, uno encima del comedor y otro encima de la zona de dormitorios. El más discreto, sobre el cuerpo de dormitorios, aloja un pequeño apartamento. Encima del comedor y de la entrada se sitúa el gran espacio de la biblioteca que prolonga la cubierta inclinada hacia el norte, rematada frontalmente por un gran ventanal y lateralmente por la característica chimenea.
La tectónica es fundamental en esta obra, desde la elección del material a la resolución constructiva de la multitud de encuentros y el funcionamiento higrotérmico de la vivienda. Esto la convierte en una obra eco-eficiente que adelanta varias décadas la utilización de sistemas pasivos de climatización tan en boga en la actualidad.
La piel de la casa es una cerámica refractaria en pavimentos interiores y exteriores, en todos los paramentos verticales y muros exteriores y en la cubierta. Este tapiz cerámico uniforme y plegado de reminiscencia nórdica emparenta la casa con las arquitecturas de Aalto y Utzon, donde la complejidad formal y volumétrica se ve domesticada por una uniformidad material. El ladrillo se convierte así en el módulo básico constructivo que ordena toda la sección, siendo el mínimo común múltiplo de tabicas (16,5 cm que equivalen a la altura de dos hiladas de ladrillo más dos llagas de mortero), alfeizares, dinteles, coronaciones de muros, niveles de las plataformas, etc. El aparejo a soga se impone en todos los paramentos verticales, ya sea en muros de contención como en los grandes paños volados de fachada en una estrategia atectónica muy intencionada.

texto de Pablo Olalquiaga Bescós para el recortable Casa Huarte.