
Es uno de los primeros edificios de apartamentos en la Urbanización de Aguadulce proyectados por Cassinello en el que ya se distinguen algunas de las características arquitectónicas que siguió utilizando posteriormente en este tipo de obras como son los accesos por corredor, el uso de terrazas y celosías y las escaleras voladas de hormigón, que es un elemento distintivo de la obra de este arquitecto, que también puede verse en los apartamentos Las Yuccas y El Pitaco en Aguadulce o en Los Arenales y Las Chumberas en la urbanización de Roquetas de Mar.
Está formado por la adición de dos bloques iguales adosados por una medianera constituidos por dos viviendas de un dormitorio en el centro y de dos en los testeros.
La singularidad de esta construcción reside en la estructura ya que los tres pórticos que la constituyen cuando llegan a la planta baja se apean sobre un gran arco que recorre longitudinalmente cada uno de los volúmenes. Es una solución estructural innovadora que permite liberar la planta baja de pilares y convertirla en una planta diáfana para el uso de los vecinos que ya había planteado conceptualmente el arquitecto unos años antes en 1960 en el edificio de viviendas “Manolo Manzanilla” en Almería.
Miguel Centellas Soler, arquitecto, agosto 2017